COMENTARIO CRÍTICO DE LA PROGRAMACIÓN DE PINTURA III

COMENTARIO CRÍTICO PROGRAMACIÓN PINTURA III Respecto a la programación: Mi opinión acerca de ésta es bastante flexible, no me parece ni perfecta ni errónea por completo. En primer lugar, para referirme a los requisitos generales, tengo que decir que todas esas capacidades que se nos requiere son todas necesarias, no excluiría ninguna de ellas ya que tanto la investigación personal como el trabajo en equipo y capacidades críticas y autocríticas y demás son básicas para estar donde estamos, ya que de todo ello depende nuestra buena formación, si escaseáramos notablemente en alguna de ellas se rompería la cadena de las demás. Pienso que todas han de estar ligadas y que debemos controlarlas más o menos equilibradamente, claro que eso no quiere decir que no suframos altibajos respecto a unas y otras. No todos somos iguales, por tanto no todos tenemos la misma facilidad para desarrollar todas esas capacidades que a mi pareces son relevantes y básicas para estar donde estamos. Si el alumno no hace por formarse a si mismo, lo tiene crudo, ya que han cambiado las cosas y ya el profesor no es el que tiene que estar detrás del alumno para conseguir que mejore. En cierto modo, el profesor está para ayudar siempre y cuando se muestre un interés por parte del alumnado. Pero somos nosotros mismo los únicos que podemos desarrollar esas capacidades puesto que estamos hablando de pintura, algo que se adquiere con la práctica y no leyendo teorías y más teorías sobre ella. ¿ De qué le sirve a nuestro vecino albañil que quiere aprender a pintar, leerse libros y libros sobre la metodología pictórica si nunca la pone en práctica? El cerebro es el inicio de toda actividad, está muy bien informarse, pero es la mano la que produce y ha de desarrollar las habilidades en este ámbito. Si no se ha cogido nunca un pincel, por más que se investigue o se lea sobre la pintura, jamás se aprenderá de ella, pues no ha habido ningún contacto físico, el cual es necesario, y si no lo hay, es imposible ponerla en práctica o me atrevería a decir incluso a decir que es imposible hablar de ella, pues para comprenderla hay que haber entrado en contacto con ella al menos una vez y en serio. Creo que todos esos requisitos deberían acer ya con nosotros…pues son los que impulsan al ser humano a vivir en actividad, y enriquecer su conocimiento, cosa tan necesaria. En segundo lugar, en los requisitos específicos se comienza a palpar lo tangible, es decir, es en ellos donde verdaderamente se verá nuestra evolución como estudiante de Bellas Artes. Considero que son necesarios tenerlos todos en un nivel medio alto como mínimo y con un equilibrio. Siendo así podremos progresar a los siguientes. Pero el problema está en que cada individuo es diferente, por lo tanto cada uno irá a un nivel. El profesor deberá adaptarse al nivel de cada alumno y exigirle a partir de donde sea capaz de llegar, y, partiendo de ahí, fomentar su madurez en el ámbito de la pintura a base de señalarle lo que está bien y lo que está mal, y este último, ayudarle a buscar soluciones específicas para su modo de trabajar y pintar, pues es tan difícil decir si se pinta bien o mal hoy día… ie: podemos tener dos cuadros completamente diferentes que han sido realizados a partir de un modelo del natural y hechos por diferentes personas, ambos con una valoración de tono, luz y color adecuados, pero por poner un caso, uno de ellos está realizado con colores vivos y cálidos y otro con apagados y fríos, ¿Qué sean diferentes quiere decir que uno esté mejor que el otro? No creo, ya que cada uno interpreta con su ojo de manera determinada y cada día somos distintos y nos sentimos diferentes al día anterior, y esos factores junto con otros condicionan la manera de pintar de cada persona. Ahora bien, estos dos cuadros al lado de otros dos semejantes con color, tono y luz parecidos o iguales, pero con un encaje pésimo o una ordenación mala de estos elementos, contribuyen a que un cuadro no esté bien realizado, (si hablásemos de copia del natural, el dibujo es fundamental controlarlo, pues es la base de toda obra pictórica figurativa). De modo que el alumno ha de fomentar esa capacidad con la práctica más que con la teórica, puede que también con el observar obras ajenas, pero tal vez eso sea erróneo ya que cada uno pinta diferente y tiene una pincelada particular y todos pueden ser válidos. Supongo que el criterio del profesor es el que finalmente cuenta y que, a base de escucharlo y ver obras que él considera buenas o malas, acabaremos tirando por el buen camino. Son habilidades que debemos controlar sin más, y cada uno dentro de su línea, absorbiendo de los demás pero sin dejar del todo que repercuta en nosotros. Adquirir información ajena y haciéndola nuestra. En los objetivos a alcanzar encuentro una mayor dificultad, ya que debido al poco tiempo del que disponemos, la gran cantidad de alumnos que somos y la diferencia de nivel que llevamos unos respecto a otros, veo muy difícil que absolutamente todos vayamos a cumplirlos todos y en el mayor nivel que se pueda. Sinceramente y por desgracia, no veo la misma involucración por parte de unos alumnos y de otros, ni en mi clase ni en ningún lado lo he visto ni lo veré jamás. Por eso ahora considero importante la “dinámica de grupo” de la que tanto se nos habla en escultura. Es preciso (sería la utopía estudiantil) que todos los alumnos pongan de su parte lo más que puedan para que se cree una verdadera y merecida competitividad, ya que no es lo mismo un alumno que saca un 10 cuando tan solo el 20% de la clase ha rendido, a un alumno que saca un 10 cuando toda la clase ha procurado rendir al 100%; aunque, en esta carrera hablar de notas es muy relativo. Tal vez el flojo que no viene nunca, es todo un talentoso y lo oculta en su…”no aparezco porque no tengo ganas”, y realmente vale más y tiene más ingenio que el que viene todos los días y se deja los cuernos. Por eso es importante que haya un rendimiento colectivo y a ser posible a “todo gas” por así decirlo, para que se vea a la gente trabajar en su máximo esfuerzo y se vean las metas y expectativas de cada uno y el profesor poder involucrarse al 100% y ayudarlo en sus verdaderas dificultades. Por otra parte, la teoría que nos hacen llevar a cabo, no es que me desagrade ni mucho menos, el problema es que creo que estamos saturados de tener que leer unos conceptos que solo los llegas a entender cuando los poner en práctica, y creo que la base de todo ello ya nos la dan o deberían habérnosla dado en bachiller, y una vez llegados a la carrera, indagar sobre nuestros intereses específicos. No tener que leerme todas o las más importantes teorías de la pintura porque lo diga no se qué sistema educativo, sí tener una base previa, pero no abarrotarnos a teorías que ciertamente por un ojo nos entra y por otro nos sale. Tenemos que desarrollar la mente, sí, leyendo lo más necesario y lo que verdaderamente nos interese, pero a lo que hemos venido la gran mayoría que estamos aquí, es a desarrollar la mente en el ámbito de la creatividad, del trabajo de uno mismo y su imaginación, junto con el dibujo que nos ayuda a pensar y a tener mayor capacidad de concentración. Pero si estoy de acuerdo en que todos tenemos que aprender a desarrollar todas las destrezas posibles (empezando por las más tradicionales, para llegar luego a dominar las más progresistas) y todo ello por supuesto sin perder nuestro propio lenguaje plástico, pues es eso lo que enriquece a cada uno y a nuestra cultura. Habría que señalar de nuevo el poco tiempo del que disponemos para que se nos exija todo eso en todas y cada una de las asignaturas, así que considero que deberíamos leer, indagar e informarnos de lo que a nosotros nos interese por particular, dominando siempre unos conceptos básicos anteriores, para así curtirnos con la ayuda de los profesores pero en gran parte por nuestra propia iniciativa. Respecto al trabajo práctico, creo que es necesario que todos realicemos unos determinados ejercicios, que se pida en ellos unos ciertos requisitos sin salirnos de lo personal, para que toda la clase vaya al unísono y haya una equivalencia de tema, sino sería una locura corregir y poder valorar el trabajo del alumno. Tal vez el cambio lo haría haciendo unas propuestas determinadas, estimulando al alumno con una determinada idea, como por ejemplo…pedir al alumno que vista al modelo según la personalidad que crea que tenga éste, o fusionándolo en un entorno completamente diferente al de clase y conseguir que la pose acompañe con el entorno…y partiendo de ahí, ver las capacidades de imaginación que tiene el alumno y su destreza para desarrollarla. De momento empezaría con un intento de control de la realidad, de lo figurativo, y una vez dominado éste, pasar a la abstracción e ir desarrollando los límites de esta poco a poco. También propondría trabajos de SINESTESIA, me parece muy interesante ese ámbito y el partido que se le puede sacar, además creo que es de un interés grandísimo. Música sonando…imaginar sus formas y ordenarlas por tamaño, ubicación y color…mil maneras… Las salidas de campo, por otro lado, las veo muy enriquecedoras, lo malo es que no hay tiempo para disfrutar de cuántas se quisieran. Pienso que eso cultiva mucho al alumno y le abre la mente hacia otras maneras de expresión, y no lo condiciona a trabajar como lo que ya ha visto en otro, se abren las puestas al ingenio y a experimentar con cosas nuevas. El artista debe SER, ESTAR Y PARECER…debe serlo porque se entusiasma con ello; debe estar porque debe participar de ese mundo y bucear en él sin dejar de “curiosear”, actualizarse e innovarse y parecer, hacerse notar, moverse y estar activo, involucrarse. Por último, y lo he dejado para el final para poder referirme también al video de Punset “de las inteligencias múltiples a la educación personalizada” ; quería referirme al blog. Nunca he familiarizado mucho con las nuevas tecnologías y los ordenadores, pero admito que está a la orden del día y que no me queda más remedio. Lo considero muy útil y cómodo para nosotros y para el profesor, digitalizar nuestros trabajos y expandirlos por la red. Gusta la idea por ser nueva y facilitar el asunto aunque tenga que poner empeño en algo que de por sí no me gusta nada (relacionarme con el ordenador, aprender a controlar una página y hacerme a ella…), pero es muy útil en ese sentido, podemos ver los de los compañeros y compartir información con un solo clik y podemos exponer nuestros trabajos y “bucear en el arte”. Finalmente, estoy de acuerdo con que las nuevas tecnologías facilitan el aprendizaje de cada uno y nos abren las puertas a información infinita e incluso interactiva, pero yo creo que el verdadero aprendizaje es el de Profesor – alumno, y cara a cara, soy más tradicional, pero pienso que es fundamental una relación cálida entre profesor y alumno, que exista una compenetración y un conocimiento mutuo, para que ambos puedan sacar partido del aprendizaje, de este modo hay un mayor contacto con la mente del otro, una perspectiva más profunda de lo que el otro quiere decir o mostrarte. Me resultaría muy frio tener una clase de pintura en la que el profesor me corrigiera on-line a través de una cámara, sería demasiado futurista y eso no beneficia en el estrechamiento de los lazos del aprendizaje. A de más, cada profesor tiene su encanto y explica de determinada forma, cada uno tiene algo que decir, una forma de mirar y hablar diferente que estimulan de una manera u otra la acción del alumno, no es lo mismo un profesor que suelta el mismo discurso a todo el mundo que el que se para uno por uno y analiza la situación particular, y también su sola presencia carnal es otro factor que creo contribuye al rendimiento del alumno. Es necesario hacernos conocer ante él, conocerlo, escucharlo y sacar partido de todo ello. Pienso que muchas veces, la calidad de un artista depende de la cantidad de pasado que lleve consigo y cada alumno tiene un pasado y una vida completamente distinta a las demás, y unas inquietudes diferentes, el profesor también las tendrá, y como profesor que es ha de enseñar sus experiencias propias y compartirlas con las del alumno y así que haya un beneficio mutuo, y mayor cercanía en el aprendizaje.